Informar y estar informados.

Se puede actuar institucionalmente sin habilitar información, ocultando datos, olvidar opiniones y guardando ideas...
¿Y a mi porque no me avisaron...?,¡ Yo no sabía nada...! ,¡a mi escuela no le informaron...!, ¡la noticia llegó sólo a las escuelas estatales...!, ¡ no fui porque el director me lo dijo cuando ya había pasado!, ¡Si hubiera sabido..! ¡Che avisen... !

Ah... el gran tema de informar. Ese misterioso acto donde alguien dice y otros se enteran.

Esa obligación que siempre tienen otros de hacernos parte de lo que ocurre.

Entre las pendientes tareas importantes que nos debemos, sin duda está informarnos. Dar noticias para compartirlas y a la vez ir en búsqueda de ellas para saber y participar.

Hemos votado candidatos sin tener información de lo ineptos que eran (en el mejor de los casos). Compramos en el comercio de la vuelta y nadie nos dijo que era mercadería robada. No fuimos a la reunión de trabajo porque no nos avisaron. Un sin número de casos donde la culpa de estar informados la tienen los otros.

Las instituciones, es verdad, tiene la obligación de informar a sus miembros y/o representados, de todo lo que ocurre en su contexto sobre tareas desarrolladas o proyectos a realizar. Actualizar las noticias que no dejen a nadie sin saber qué ocurre en el mundo cercano a la entidad.

Pero es también una responsabilidad de los individuos ir en búsqueda de información, saber lo que ocurre para poder actuar en consecuencia. Habitantes de un país, miembros de una familia, adherentes a una organización e integrantes de una comunidad, no pueden estar ajenos a lo que ocurre en su medio. Es su deber, en tanto compromiso con los demás, no solo averiguar sobre lo que sucede sino informar lo que sabe y puede serle útil a un par.

Cuántas cosas nos están pasando y qué lejos que estamos todavía de sabernos. Tanto más podríamos hacernos si extendiéramos nuestras manos y llamáramos a los otros avisando en qué andamos, cuáles son nuestras necesidades y en qué podemos ayudar.

El gran compromiso de estos días: preguntarnos más en el diálogo (compañía) interpersonal en vez de aclamar certezas telegráficas dejando más pobre nuestro vínculo con palabras a medio terminar.

Pareciera que las nuevas tecnologías nos distanciaran más, cuando solitas ahí, están para ser usadas, para conectarnos. Sí, conectarnos, no hay porque temerle al término, no somos heladeras o planchas, pero nosotros también necesitamos energía y aunque suene raro tenemos que enchufarnos / relacionarnos más.

Tal vez sean conceptos banales y posiblemente no guste a muchos, pero se me presentan apropiados para mostrar cómo estamos ( bien aparatos ) entre tanto desencuentro. Al menos es mejor metáfora "estar enchufado" que "ponerse las pilas" como dicen otros un tanto individualistas ¿no?

Volviendo a la observación sobre las necesidades informativas, la reflexión de Aníbal Ford (Fallecido en el año 2009) un importante especialista en comunicación , nos ayuda a seguir pensando acerca de la información que consumimos:
“no hay que bajar los brazos en el plano crítico, hay que informarse de lo que está pasando, que no es lo mismo que hace veinte años; preguntarles a los hechos reales; comenzar a imponer un sentido alternativo; recuperar nuestras culturas, que tienen muy poca presencia en el flujo internacional de información. Vos podes enterarte de lo que pasó con el último cowboy de Oklahoma, pero no sabes nada con respecto de nuestras culturas; es un problema de diferencia de calidad de la información.” Aníbal Ford en el diario Los Andes- Mendoza (31-10-2001)

La responsabilidad de saber sobre los otros y contar lo que nos pasa como voceros de nuestras cosas, al mismo tiempo leer-decodificar la realidad para transformarla.

Recuperar para nuestra comunidad, el compromiso de informarnos, de comunicarnos, tomando en nuestras manos el valor social, educativo y político que tiene contar con la mayor información posible y compartirla.

Se puede actuar institucionalmente sin habilitar información, ocultando datos, olvidar opiniones y guardando ideas. Pero se hace muy difícil pensar que un organismo que pretenda tener cimientos fuertes y profundos pueda llegar a buen puerto sin afianzar los vínculos humanos que solo la comunicación abierta y libre puede alcanzar.

Si así lo creemos cuando miramos a una entidad social, cuanto más urgente, necesario y vital se nos hace estar informados e informar, desde el vamos sobre nosotros mismo y de ahí a enriquecer lo que nos toca en cuestión en el lugar que sea y con los interlocutores que tengamos de frente (o al lado).

O no es vincularse lo que tenemos como misión?

Carlos M. Iglesias